Alan García se suicidó para evitar escandalosa detención
Alan García había resuelto hace algunos días que
terminaría con su vida antes de entregarse a las autoridades. El revólver Colt
calibre 38 que guardaba cargado en su dormitorio lo confirma. El arma estaba a
la mano, a muy corta distancia, disponible para lo que decidiera su
propietario. “Ni bien supo que habíamos llegado para cumplir con el mandato de
detención, pidió permiso para hablar con su abogado y retornó a su habitación,
cerró la puerta y, pocos minutos después, estalló la detonación del disparo”,
dijeron fuentes del Ministerio Público que participaron en la intervención en
la residencia del exjefe del Estado, en San Antonio, Miraflores, que se inició
aproximadamente a las 6 y 30 de la mañana.
Pocas horas antes, en la medianoche, el fiscal José
Domingo Pérez comunicó a la Diviac que el Juzgado de Investigación
Preparatoria, a cargo del magistrado Juan Sánchez Balbuena, había ordenado el
allanamiento, descerraje y detención preliminar contra Alan García, al igual
que otros ocho exfuncionarios del segundo gobierno aprista. El operativo fue
asignado al fiscal Henry Amenábar Almonte, integrante del Equipo Especial del
caso Lava Jato.
La fiscalía del caso requirió la detención de
García luego de que la constructora brasileña, como parte del acuerdo de
colaboración con el Ministerio Público, entregara documentos que demostraban
que dos íntimos amigos de Alan García, Luis Nava Guibert y Miguel Atala
Herrera, estaban implicados en el cobro de coimas. García había designado como
secretario de la presidencia a Nava y a Atala como vicepresidente de Petroperú.
En términos jerárquicos, Nava y Atala dependían de García.
El fiscal Henry Amenábar estaba acompañado de seis
agentes de la División de Investigación de Alta Complejidad (Diviac) de la
Policía Nacional. La autoridad tocó el timbre y le abrió la puerta la empleada
doméstica, quien de inmediato comunicó a Alan García sobre la presencia de las
autoridades del Ministerio Público. El equipo ingresó y, cuando se encontraban
en la sala, la joven le dijo al fiscal: “Ahorita baja el señor Alan García”.
Mientras el fiscal y la policía esperaban en la sala, otro dos efectivos de la
Diviac optaron por acordonar la vivienda a fin de evitar una posible fuga del
exmandatario, debido a sus antecedentes.
Al poco rato, Alan García salió de su habitación
ubicada en el segundo piso y, desde un descanso de la escalera que conduce a su
dormitorio, se detuvo y conversó con el
fiscal Henry Amenábar, quien le comunicó que tenía una medida de allanamiento,
registro de la vivienda y detención. García, sorprendido, dio media vuelta y
volvió a su dormitorio.
Fecha
marcada
El trascendido de que la fiscalía del caso Lava
Jato había solicitado la prisión preliminar de García circulaba intensamente
desde el lunes en las redacciones de los medios de comunicación. El martes
inusualmente el expresidente aprista había ofrecido entrevistas a varios
medios, pero la última se la concedió al reportero Carlos Villarreal, de RPP.
El periodista arrancó con una pregunta sobre su futuro. García le dijo que
sería su última entrevista en libertad. El exjefe del Estado contestó a tono
con la premonición: “Confío en la historia. Yo soy cristiano, creo en la vida
después de la muerte. Creo en la historia. Y si me permite, creo en tener un
pequeño sitio en la historia de Perú”, afirmó.
Es decir, según García, cualquier cosa que le
sucediera no borraría lo que había hecho en su carrera política, ni siquiera la
muerte. Es muy probable que entonces, el martes al borde de las 7 de la noche,
ya había resuelto que no se entregaría a las autoridades. Se fue a dormir con
el revólver Colt cargado.
Al encerrarse en su dormitorio, los policías que se
encontraban en el primer piso lo siguieron para detenerlo, pero Alan García
logró cerrar con llave la puerta.
Tanto el fiscal Amenábar como los policías de la
Diviac le pidieron que abriera. García respondió al fiscal que no se preocupara
porque iba a llamar a su abogado. Eran las 6 y 37 de la mañana cuando el
expresidente se comunicó por celular con su exsecretario personal Ricardo
Pinedo. “Alan García llamó a mi celular para informarme que la policía estaba
ingresando en su casa para realizar un allanamiento”, confirmó Pinedo, miembro
del círculo más leal del expresidente aprista.
Así lo encontraron
“Alan García estaba tranquilo y sereno cuando
conversó con el fiscal Amenábar. No manifestó algún indicio de resistencia”,
dijeron fuentes del Ministerio Público.
A los pocos segundos se escuchó una fuerte
detonación que provenía de la habitación donde se encontraba Alan García.
Policías que lograron ingresar por un balcón en la parte posterior de la
residencia, visualizaron el cuerpo del exmandatario.
Los agentes lograron ingresar en la habitación y
auxiliaron rápidamente al expresidente, conduciéndolo al hospital de
emergencias Casimiro Ulloa, muy cercano a la casa del exjefe del Estado.
De acuerdo con las fuentes, cuando entraron en la
habitación el fiscal Amenábar y los policías de la Diviac, García todavía se
encontraba con vida. Estaba sentado en el piso y su cabeza recostada al borde
de una cama King Size, con notorias manchas de sangre. A un lado yacía en el
suelo un revólver marca Colt calibre 38. El arma era un obsequió y tenía
grabada la siguiente leyenda: “La Marina de Guerra del Perú al Dr. Alan García Pérez”.
El dirigente aprista presentaba un orificio de bala
en la sien derecha. Había sido un tiro a boca tocante. Es decir, con el cañón
pegado a la cabeza.
Mientras tanto, a golpe de 6 y 40 y 6 y 50, los
noticiarios de la mañana anunciaban que se había dictado orden de captura
contra Alan García y otros exfuncionarios apristas. No sabían que García había
cometido suicidio para evitar que lo apresara la fiscalía del caso Lava Jato.
Según la Superintendencia Nacional de Control de
Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec),
el expresidente Alan García contaba con permisos y licencias para portar nueve
armas de fuego en julio del 2018. De las cuales tres estaban activas.
Entre las armas figuran una escopeta Winchester,
una carabina Colt 5.56, dos revólveres Colt calibre 38 y cinco pistolas: Star,
FN Browning, Derringer, Baikal y Bull.
Todo se
acabó
A las 8 y 52 de la mañana, la ministra de Salud,
Zulema Tomás, en conferencia de prensa informó que Alan García había sufrido
tres paros cardiorrespiratorios y que su situación era de extrema gravedad.
Las autoridades aclararon que García se había
disparado en la sien derecha y no en el cuello, como inicialmente circuló.
A las 10 y 05 de la mañana, los médicos del
hospital Casimiro Ulloa certificaron el deceso de Alan García. Su diagnóstico:
“Hemorragia cerebral masiva por proyectil de arma de fuego y paro
respiratorio”.
De acuerdo con las primeras investigaciones, el
expresidente ni bien ingresó a su habitación abrió uno de los cajones de su
velador de madera y sacó el arma, con la cual se disparó en la cabeza en
posición de pie.
García prefirió quitarse la vida antes que
entregarse a las autoridades. Para sus seguidores, fue un gesto que lo honra.
Datos
- Verificación. Un equipo de la División de
Investigación de Homicidios recogió el arma y el proyectil que atravesó el
cráneo del exjefe del Estado Alan García.
- Hallazgo. La fiscalía del caso Lava Jato, después
de retirado el cuerpo de García, continuó el allanamiento de la residencia. El
abogado del expresidente protestó por esta medida, pero las autoridades
siguieron con el protocolo.
Fuente:
LaRepublica.Pe
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