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Ministro Víctor Zamora afirma que peruanos deben aprender a vivir separados


El Perú, sus hábitos, usos y costumbres, y todo cuanto los peruanos y peruanas conocían y asumían como “normalidad”; ese Perú que vio de lejos el inicio del brote de coronavirus en un remoto lugar de China llamado Wuhan, y que luego lo recibió, a principios de marzo, en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez; el Perú que vive ahora bajo normas estrictas que obligan a su población a replegarse a las 6 de la tarde a sus casas y a guardar una distancia prudencial de sus seres queridos para mantenerlos con vida; ese Perú que nunca creyó que los acontecimientos que remecían a los países protagonistas del mundo, lo alcanzarían alguna vez, no volverá cuando acabe la cuarentena.

Y para advertirlo desde ya, el ministro de Salud, Víctor Zamora, dibuja la situación con la fuerza de un martillazo: “el nuevo mundo al que vamos a salir, luego del 26 de abril, es exactamente el mismo del 25”, dijo el también médico en una entrevista para Trome.

Pero el impacto de la pandemia en el país no será abstracto. Por el contrario, alterará una de las características más específicas de la sociedad peruana: su efusividad en el cariño.

"No vamos a volver a abrazarnos, no vamos a volver a besarnos, no vamos a poder darnos la mano como antes”, adelantó el ministro, allanando el terreno para la prueba más difícil.

De momento, Zamora solo puede asegurar que las restricciones sociales se mantendrán hasta que, quizá, alguna de estas se conviertan en el sedimento de nuevos hábitos.

De manera sintética, Zamora advierte que “no podremos ir a la discoteca ni al estadio", y que "probablemente los restaurantes no se abran”.

A la fecha, el Ministerio de Salud informó que hay más de 15 mil contagiados y 400 fallecidos; sin embargo, la proyección es que en los próximos días el número de casos se incremente exponencialmente. Y esta situación, o su agravamiento en realidad, está colocando las piedras del camino por el que el Perú —y el mundo ciertamente— se ve obligado a transitar.

“Todo aquello que signifique estar juntos o muy pegados no va a salir pronto", manifestó Zamora, exhortando tácitamente a la ciudadanía a hacerse la idea de que “el futuro es aprender a vivir separados, distanciados”.

Este nuevo futuro repercutirá en todos los ámbitos de la vida social de las personas y de manera específica, principalmente en el trabajo, al cual “vamos a tener que ir con un certificado que indique que no estamos enfermos o que no hacemos contacto con alguien que está contagiado”.

Y, por supuesto, también en el de la diversión y el entretenimiento, pues “el cine del futuro va a tener que ser con una distancia entre una silla y otra”, e impondrá nuevas rutinas, como que “las personas ya no podrán abrazarse ahí” ni “tampoco comer canchita”, pues subsistirá siempre la posibilidad de que puedan “pasarse el virus”.

Y en la educación, la pandemia de coronavirus dejará una amplia huella.

“En el colegio ya no se podrán prestar el borrador, el lapicero, el plumón, porque en todo lugar va a estar el virus”, señaló Zamora, sin dar una respuesta clara, por que no se puede, respecto al tiempo que permanecerá entre nosotros la COVID-19.

“Todos los virus que nos visitan se quedan, como el coronavirus, la influenza, el VIH (sida), el papiloma virus, pero aprendemos a controlarlos con vacunas y tratamientos”, señaló el ministro.

Fuente: LaRepublica.Pe

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